A Morón viene Obama

Obama pisará tierras sevillanas este verano.

Traerá, tras de sí, todo un séquito de escolta, políticos, militares, avispados altos empresarios …

Se trata del Presidente de los Estados Unidos de América del Norte y es una noticia de «importante calado», en todos los sentidos: económico, social, estratégico, …

Supuestamente, en su agenda, tiene prevista la visita a la Base Aérea de Morón de la Frontera, donde muchos civiles españoles trabajan y prestan sus servicios y donde se dará la circunstancia, si no lo impiden, de que mostrarán quejas y reivindicaciones por un conflicto laboral vigente desde hace varios años.

Estando las cosas como están, a nivel interno en nuestro país, sin gobierno «oficial», con mil y un casos de corrupción en los tribunales, con controvertidos e ilustres nombres en los banquillos de acusados, con cientos de miles de familias al borde la exclusión social, … ¿realmente es una noticia de la que sentir orgullo o asombro?

No obstante, dicho esto, no hace más de un año, por estas fechas se celebró el 75 Aniversario de la Base y, estando como estuve presente, y viendo lo que vi ante mis ojos; todo un derroche de exhibicionismo militar aéreo, que a buen seguro y grosso modo costó a las Arcas Públicas de nuestro país, un pellizquito de miles y miles de euros; nada más en combustible, ¡lo que debieron gastar!, me pregunto:

¿Qué coste tendrá para el país esta fugaz visita?

No hay duda que, sea como sea, nuestros ojos y oídos estarán pendientes de cuanto suceda esos días, porque irremediablemente, reconozcámoslo todo este acontecimiento no deja de ser «mediático» y

lo «mediático» nos gusta.

El nombre de Obama, como si se tratara de Bill Clinton, da igual (a fin de cuentas «El Presidente de los EE.UU.»), ¡guauu!, nos llama poderosamente la atención y no podemos evitar querer conocer qué acontecerá en nuestro entorno si una visita tan insigne se aproxima a nuestra tierra.

Lo tendremos ahí mismo, a unos pocos kilómetros de casa. ¿Cuántos negocios, comercios darían lo que fuera por lograr que, aunque fuera fugazmente, pasara por ellos ese grandioso séquito, para tomar, comprar, ver, … algo propio?

¡Es así! A mayor peso «famoso-cial» (perdón por el juego de palabras) de un personaje público, mayor grado de intención de acercamiento despertará en nosotros.

No es lo mismo, que venga a visitar nuestro negocio/comercio, por poner un ejemplo Perico Cantarranitas (por muy famoso que pueda llegar a ser), que Barak Obama.